Hugo Chávez celebra sus 10 primeros años en el poder, con la promesa de quedarse otra década más

 (Una versión de este texto fue publicado en el diario El Mundo el 7 de diciembre de 2008) 



CARACAS.- Hugo Chávez es un soldado en batalla (electoral) permanente. Así lo dice y repite este ex paracaidista del ejército, que celebró este sábado en el palacio presidencial de Miraflores sus 10 primeros años en el poder, con la promesa de quedarse por lo menos otra década más.
A ritmo de salsa y merengue, cientos de camiones entonaban canciones como "que no se va, que no se va..." o distintas consignas de apoyo al presidente venezolano; "¡Mi Comandante se queda!" y "¡Uh, ah Chávez no se va!".
Desde primera hora de la mañana del sábado, el casco central de Caracas se pintó de rojo, con banderas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), afiches de la revolución y enormes muñecos inflables de Chávez desplegados a lo largo de la Avenida Urdaneta.
"Es un líder, el líder indiscutible de la revolución, por eso tiene que ser presidente hasta que él quiera", dijo este sábado Viviana Fernández, de 38 años, una beneficiara de los planes sociales gubernamentales, que se acercó a la sede presidencial para dar su apoyo, y escuchar las palabras de su Comandante.
Y Chávez apareció cuando ya empezaba a atardecer, y desde una tarima situada en un costado del palacio de Miraflores saludó a sus seguidores: "¡Uh, ah Feliz Navidad! ¡Uh, ah Chávez no se va! Este es el grito para los próximos días", vociferó el mandatario para ser contestado a coro por la multitud con el mismo lema.
"Es una tarde de celebración, desde aquí un saludo de celebración… ¡Un día cómo hoy se abrieron los portones de un nuevo tiempo histórico!", dijo antes de hacer un breve repaso histórico a algunos hechos sucedidos en el país en las últimas décadas. "Este periodo que se abre ahora, de 2009 a 2019, tiene que ser de lucha para seguir construyendo el socialismo", relató el mandatario en un discurso transmitido obligatoriamente en radio y televisión.

14 procesos electorales

Hace 10 años, Hugo Chávez fue elegido presidente de Venezuela con la promesa de fortalecer una 'democracia participativa' con una nueva Constitución, y reducir la pobreza y la corrupción.
Desde entonces, el mandatario ha participado en 14 procesos electorales, ganando todos salvo el referéndum del año pasado, cuando propuso una profunda reforma socialista a la Carta Magna, que fue rechazada por el 50,7% de los votos. Y saliendo debilitado en las elecciones regionales del pasado 23 de noviembre, cuando consiguió 17 de las 22 gobernaciones en liza, pero perdió las más ricas y pobladas.
Tras permanecer dos años preso por comandar una intentona golpista en 1992, Chávez se convirtió en un político con olfato, ávido y gran estratega, que no acepta los términos medios: "o estás conmigo o contra mí".
Pero el presidente venezolano no sólo ha polarizado a la sociedad venezolana, también a los principales mandatarios de los países latinoamericanos.

Partidarios y detractores

Lula da Silva, presidente de Brasil y uno de sus principales defensores, dice que "en Venezuela hay exceso de democracia", y que Chávez es el mejor presidente que ha tenido el país en los últimos 100 años. Otra visión tienen los Jefes de Estado de Perú, Alan García, o de Colombia, Álvaro Uribe, que advierten sobre sus planes expansionistas.
Hábil y embaucador, para unos; comediante y tirano, para otros; sus opositores le acusan de querer perpetuarse en el poder, y de practicar un "terrorismo de Estado de baja intensidad" contra las voces disidentes.
En 2002, Chávez enfrentó su año más difícil; sobrevivió a un golpe de estado en abril, y resistió dos meses de paro petrolero, que detuvo la producción del quinto exportador de crudo y causó daños a la economía por 10.000 millones de dólares.
Con la ayuda de su 'padre espiritual' Fidel Castro, el presidente venezolano inauguró las primeras 'misiones sociales' en 2004, que le ayudaron a profundizar la revolución bolivariana entre los más pobres. Desde entonces, cerca de 35.000 colaboradores cubanos (entre médicos, profesores, técnicos y funcionarios) trabajan en proyectos sociales con más de 1,2 millones personas, y ayudan a atornillar el socialismo en Venezuela.

En la última década, el Gobierno defiende que gracias a estas misiones, las tasas de escolarización llegan al 99,5% -según cifras de la UNESCO-, y el número de universitarios se ha multiplicado por cuatro. Igual que la pobreza extrema, que el instituto oficial de estadística asegura que bajó de un 17,1% en 1998 al 7,9% el año pasado.
"El socialismo es lo que propone Jesús; vayamos iguales, como hermanos...", ilustra este presidente, que gobierna a través de maratonianos discursos de televisión, donde regaña a sus ministros, canta boleros, y cuentas anécdotas de sus retortijones por culpa de alguna diarrea.
Critico acérrimo del imperialismo estadounidense, Chávez ha sido incapaz de poner freno a la delincuencia, el principal problema de todos los venezolanos. Tampoco de hacer frente a lagalopante inflación, que este año rozará el 30% y en el caso de los alimentos supera el 35%. Gracias a un chorro de petróleo de más de 250.000 millones de dólares en el último 'boom' petrolero, Chávez ha desafiado el desgaste de una década en el poder, y mantiene un nivel de popularidad que roza el 57%, según la encuestadora Datanálisis.

Más opositores en los últimos años

Pero la oposición ha crecido en los últimos años, y ya no es el incombustible presidente que podía movilizar a millones de personas con sólo chasquear los dedos. Chávez, que en 2006 fue reelegido presidente con el 62% de los votos, inició su tercer mandato presidencial con la consigna "¡Patria, socialismo o muerte!", y echó por la borda parte de su sólida popularidad cuando no renovó la concesión a una cadena de televisión muy querida por sus telenovelas.
Impulsado por tres años consecutivos de crecimiento y bonanza petrolera, Chávez espera ganar en febrero un referéndum para modificar la Constitución y poder reelegirse presidente en 2012, cuando expira su segundo y último mandato con la Carta Magna que él mismo impulsó cuando fue electo presidente.
Para ello, el mandatario y su partido (PSUV) proponen una enmienda constitucional que elimine los límites de periodos presidenciales, y asegure su permanencia en el poder hasta 2021, cuando su proyecto socialista haya finalizado.

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